viernes, 21 de septiembre de 2012

--> Ecos

Almas pútridas que acudís a mi, silenciosas,
en mitad del respiro con pendencias a firmar,
y quiebran casi siempre el suelo, el llanto
en la forma en que el papel convierte
en ojos de niño, mis ojos, en la ventana.

Sé de paisajes perdidos que no volverán,
la herrumbre lo cubre todo,
y mezcla, el viento sur,
la escuela el patio polvoriento
y el ansia de que todo es un sueño... o que no lo es...

Odio con el alma a veces el cielo,
otras me pierdo preguntando miles de porqué;
ecos de adioses de adioses de adioses ecos de adioses
atragantándome en la neurona;
y el -ya pasó- de las voces marchitas.

Almas viejas que vienen silenciosas
a decirme que están en la próxima esquina
latiendo a escondidas...
y sé que no merezco la nube ni la risa...
ni sus ecos

ecos de dioses ecos de adioses sus ecos sus ecos...