como si nadie existiera más que tú,
en la falta de cuerpo y el frío de los ojos,
repentino hiriendo se acerca la imagen
precisa, tranquila y doliente,
el has de luz mentiroso, coartada de la burla,
destino payaso, y de marioneta, mi corazón...
... y solamente en silencio
día a día, iba siendo desplazado
como la nube que se lleva el viento,
en cada segundo transformado,
llego de nuevo aquí, y ya no soy lo que era,
ni libros, ni lápices, ni gente
ni el pasado
ha de llorar por la nada que queda
quedamos yo y la misma melodía
que escucho siempre
y quedamos puede no ser en plural
quedamos alguna vez retenido
la soledad y los yo.